Hace 10 años, las aerolíneas en Estados Unidos comenzaron a cobrar por todos los servicios que podrían brindar al pasajero, además de un asiento para llevarlo a su siguiente destino.

Primero fueron las maletas documentadas. Todas las compañías cobraban por una, dos o hasta tres maletas que llevaras en tu viaje, bajo el argumento de que el precio del combustible había subido.

Lo peor de todo: el usuario está dispuesto a pagarlo. En 2017 American Airlines recaudó 124 millones de dólares por este concepto; el año pasado el monto ascendió a 277 millones de dólares.

Y eso no es todo. A lo largo de la década la empresa ha generado más ganancias por cobrar esos extra que por la misma compra de boletos. Tan solo en 2016 tuvo ingresos de 6 mil 200 millones de dólares por esos conceptos.

Con el paso del tiempo, todas las aerolíneas vieron que el negocio estaba realmente en estos beneficios adicionales y empezaron a cobrar por todo. Hoy tienes que pagar por estos servicios:

• Elección de asiento.
• Equipaje de mano en la cabina.
• Comidas o cenas.
• Bebidas (desde un café hasta un trago).
• Abordaje al avión antes que el resto.
• Espacio adicional para las piernas.

Debido a que todo se cobra, ahora los viajeros frecuente son acumulan millas para comprar boletos —como ocurría antaño—, sino para pagar por estos servicios que se han convertido en un lujo.

Y aunque los usuarios están dispuestos a pagar estos servicios, existe una molestia real entre los viajeros frecuentes, quienes dejaron de creer en la lealtad hacia una aerolínea, como una forma de obtener beneficios.

Las compañías piensan igual. Si bien en el discurso aseguran que lo más importante es la permanencia de sus clientes, lo cierto es que están más interesados en los dólares adicionales que los viajeros puedan pagar.

Con información de Skift