Bien, el estado del tiempo es un factor determinante para el organizador de eventos. Casi tanto como para un piloto o el capitán de cualquier nave.

Dado que ya empezamos con los meses más lluviosos del año —y en muchos estados del país esto se recorre hasta los primeros días de octubre— recuerda los márgenes de maniobra que tienes al momento de organizar eventos corporativos.

Que sea divertido. Dado que los salones techados se saturan en estas fechas, considera sedes alternativas que funcionen para la cantidad de invitados y sus actividades. Busca que

se presenten al entretenimiento: un boliche, un salón de fiestas infantiles (sí, aunque vayan solo adultos),un club social, una escuela y sus canchas deportivas. Pon creatividad en las alternativas.

En la misma oficina. Sí, traer la fiesta al lugar de trabajo puede ser cómodo, funcional, práctico… y divertido, si sabes ejecutarlo. Hay empresas que arman kermesses, bazares, festivales de bandas musicales y torneos de videojuegos.

El plan B. Supongamos que encontraste un hermoso jardín -o un espacio al aire libre- y que todo ya está planeado. Muy bien: ahora genera un plan B. Qué pasa si surge una oleada de calor. O, por el contrario, una depresión tropical. Es cuando debes tener bajo la manga otra fecha para el evento, o bien un espacio alternativo bajo techo.

Luego de estas tres consideraciones, hay una ley que no debes olvidar y que, si se cumple, logra que todo evento sea memorable: la comida. Que haya suficiente y que considere distintos gustos: aderezos picantes, bebidas con y sin alcohol, opciones vegetarianas, etcétera. Un buffet suele ser una respuesta adecuada para los grupos numerosos.

Añade un buen fotógrafo que suba las mejores imágenes a la red social de la empresa para que todos puedan compartirla y, listo, tienes los ingredientes necesarios para sobrevivir a la época de lluvias.

Con información de Inc.com