Ya sea que estés en el área de autorización de Gastos de Viajes, o bien funjas como organizador de estos desplazamientos en tu empresa o que, básicamente, te dediques a la coordinación de viajes, esto te interesa: no más del caro room service en los hoteles y dale la bienvenida a la comida preparada por el viajero.

No se trata de una medida de tacañería. Es una tendencia que crece cada día más en la industria turística y a los paseantes les encanta (en especial si son millennials), asegura la American Hotel and Lodging Association.

De acuerdo con un estudio de esta agrupación, difundido a principios de septiembre de 2017, los programas televisivos de concursos de cocineros y de afamados chef han permeado el gusto de los viajeros, quienes prácticamente han dejado en cero las solicitudes de servicio a la habitación (room service) y ahora prefieren prepararse ellos mismos su comida pues “les hace sentir como si estuvieran en casa”.

De hecho, de acuerdo con la mencionada agrupación, 37% de los establecimientos que ofrecían servicio de habitaciones en 2014, mientras que en las cifras más recientes el porcentaje es de 22%.

¿Esto es nocivo para los hoteles? No necesariamente. El servicio al cuarto implica una logística que dificulta el resto de la operación de esos centros de hospedaje.

De ahí que algunos hayan optado por abrir tiendas de alimentos ya preparados dentro de sus propios establecimientos (para que los huéspedes se compren un sandwich para llevar, por ejemplo). También han equipado más habitaciones con cocinetas. Esto último resulta especialmente útil para los viajeros que tendrán una larga estancia en ese destino.

Otra alternativa es lo que ha hecho Residence Inn, de la cadena Marriott, que recoge las listas de compras de comida de sus huéspedes y se las surte. Incluye el costo en la cuenta del cliente y no les cobra ninguna comisión.

Hay viajeros que optan por solicitar comida a domicilio. Una pizza a su cuarto, órdenes de sushi. Varios hoteles ya tienen sus propias páginas electrónicas para que el viajero pueda solicitar sus alimentos en los restaurantes cercanos, lo que concede a las casas de hospedaje oportunidades de intercambio y promociones.

Este nuevo abanico de opciones puede resultar menos caro que el servicio a la habitación y el servibar, además de ser del gusto del viajero. Un juego de ganar-ganar.

Con información de USA Today