Un empleado muy comprometido con su trabajo, pero al mismo tiempo con altos niveles de estrés laboral es el de una gerente de eventos. Como muchos de sus colegas, ella hizo un gran esfuerzo para planear el evento, sin embargo, semanas antes, su estrés era tanto que se sentía física y emocionalmente exhausta, cuenta un artículo de la Harvard Business Review.

Pero no sólo los organizadores pueden sufrir este padecimiento, sino también los participantes, ya que además de la reunión real, deben lidiar con el estrés de viajar (cuando se trata de un evento internacional), quedarse en un hotel, comer de manera diferente de lo habitual, mantener las rutinas de ejercicio, entre otros aspectos.

De hecho, las reuniones crean un ambiente propicio para el agotamiento y el estrés, ya que demandan un que los asistentes hagan un esfuerzo extra en materia de concentración y atención por largos periodos.

Aunque los coffee breaks tradicionales pueden ayudar a evitar que los participantes se sientan fatigados, una buena idea es establecer “espacios en blanco” donde la gente pueda tomarse un tiempo para relajarse, meditar sobre las conferencias o simplemente estirar las piernas.

De ser posible, estos espacios deben tener acceso a elementos naturales, como plantas y luz solar, además de opciones de alimentos saludables y de hidratación. Esto les permitirá concentrarse en lo realmente importante: el evento.

Otra buena opción es permitir que los asistentes ejerciten su creatividad o socialicen con sesiones interactivas entre las presentaciones. Los juegos como los rompecabezas o el ajedrez ayudan a despejar la mente, mientras que las superficies para escribir permiten realizar lluvias de ideas y las mesas de networking facilitan la comunicación.

¿Qué otras actividades podrían ayudar a que tus reuniones sean menos estresantes y en cambio impulsen el aprendizaje y el desarrollo de los participantes?

Con información de Meetingsnet.com y Harvard Business Review